Contaba mi abuelo que en esa larga travesia hablaban de las cosas que quedaron atras; de sus mujeres , sus hijos y de las buenas razas de cabras que tenian en esta tierra galdense. Mi abuelo Pancho decia que tenía una gran raza de cabras y maestro Pedro "el chuchango" también le decía que sus cabras eran de una gran calidad, ofreciéndole a mi abuelo para cuando volvieran de Cuba una machorra.
Y así fue, cuando volvieron de Cuba y pisaron tierra Canaria, lo primero que le dijo maestro Pedro "el chuchango", fue que le mandara a un hijo a vuscar la machorra prometida, personandose en la casa del maestro , mi tío Eusebio con 14 años , mi tía Pino con 11 y mi padre con 8, que la trajeron desde Barrial hasta la Montaña, corriendo todo el camino. La machorra era negra con la cara blanca y le pusieron de nombre "la chuchanga". Realmente era una gran raza de cabras.
La escuela pública era la casa de Monserrat Rosas, en la calle Drago, esquina con Guayasen, y en ella estuvo mi padre poco tiempo, pues uno de los profesores tenia por norma poner a los niños que se portaban mal en la calle , para que todos los que pasaran, se burlaran , pues los ponía de rodillas con unas orejas de burro hechas de cartón. Mi padre no soportó aquel castigo, tiró las orejas al riego de la Heredad y se marchó a su casa. Como habia estado pocos meses en la escuela no sabía nada y aprendió a leer y escribir en la guerra.
Pronto empezó a trabajar, algo que hacían los niños en aquella época. Acarrear estiercol o coger tomates y echarlos en un valde fue su quehacer durante algun tiempo.Mientras estuvo trabajando con Dieguito Hernandez, en las fincas del Jordan, le mordiño una perra que estaba parida, era tanto lo que le gustaban los perros que se acerco donde estaban los cachorros que la madre lo atacó.
PIMPOLLO EL BUEY.
Cuando mi abuelo Pancho trabajaba con Mr. Leakock, al ser mi padre el menor, les llevaba todos los dias la comida a su padre y a sus dos hermanos, Juan y Eusebio. Mi padre ponía la comida en la galería del alpende de los bueyes, saltaba por el pesebre y se sentaba delante de un buey que era tan bravo que topaba al viento. Esta buey partía los yugos intentando soltarse para topar a todo el que pasaba frente a él, tal es así que los yugos que se les ponia a Pimpollo, que así se llamaba, eran blindados de hierro. Mi padre se sentaba junto a el y le rascaba el gatillo, lo que le producía al buey un gran bienestar y relax. Tan grande que el buey se quedaba casi dormido. Era tanto el cariño que aquella bestia de mas de mil kilos le tenia a mi padre, y era tan fuerte aquella complicidad y conexión del niño con el buey, que mi padre era el único, con solo 10 años, que soltaba al buey para enyugarlo, cuando normalmente lo hacían entre dos hombres, para luego llevarlo a faenar en la sorriba.
Habían varias yuntas: la yunta de Juan Díaz, la del suegro de Reyito, entre otras y la yunta de Jimenez, que era donde estaba este buey "malo". Mi padre aflojaba los nudos de los cabosque amarraban a Pimpollo , con los dientes, porque era un niño, y no tenia fuerza para avrojarlos con las manos . Así, todos los días, el Pimpollo iba detrás de mi padre como si fuera un perrito.
Pero un día, le dice uno de los pastores a Roquito, que era el encargado de los bueyes, y los trabajos que se hacían con ellos, lo siguiente:
- Roque, un día va a pasar una desgracia, porque al Pimpollo lo esta sacando del alpende el niño de maestro Pancho Saavedra.
Al día siguiente, Roquito amaneció en el alpende para comprobar lo que le habían dicho. Y efectivamente, todas las yuntas iban saliendo al trabajo menos la de Antonio Jimenez, y le pregunta Roquito:
- Antonio, ¿Esa yunta está enferma? - y él le contestó.
- Roque, yo no suelto al Pimpollo.- a lo que vuelve a preguntar.
- ¿Y estos días atras , quién lo estaba soltando?.
- Lo está soltando el niño de maestro Pancho Saavedra. - y dirigiendose a mi padre le dijo
- ¿Es eso verdad, Panchito?- a lo que mi padre contesta muy ilusionado.
- ¿Lo suelto, Roquito?
- Suéltalo, a ver si es verdad eso..
Y mi padre, muy feliz lo suelta con miles de trabajos, y le dice Roquito:
- No puedes negar que eres nieto de Cho Juan Bolaños.
Para terminar con la historia de Pimpollo, tiempo despues, ya mi padre era un hombre , habia aprendido el oficio de albañil, y estaba yendo a trabajar con sus hermanos y su padre a la presa de Mr. Leacock, en Los Mojones. Pero un dia tuvo que ir a Guía y ya devuelta a Galdar llegando a los árboles de la entrada siente el mugir de un buey.
Y piensa mi padre, "se me parece al Pimpollo", porque mi padre después de que se fue a trabajar a la presa, perdió el contacto con los bueyes y al casarse se fue a trabajar con mi abuelo. Y alli estaba, era el Pimpollo atado entre dos árboles, un cabo a cada árbol, los cuernos carcomidos y desgastados por la vejez, y tan bravo como el primer día. Había durado tanto porque lo tenían como semental. Mi padre se acercó a el, y los señores marchantes que lo llevaban para matarlo en Arucas, le gritaron a mi padre que no se arrimara a él que lo toparía. Y cual no fue el asombro en aquel lugar, aun hoy frecuentado por mucha gente, cuando Panchito empezó a acariciar a su querido Pimpollo que aun no lo había olvidado, y éste empezó a dar unos mugidos cordos, como agradeciendo y recordando aquellas caricias que le hacía aquel niño en el alpende.
Yo, si puedo decir que mi padre, cuando me contaba aquel momento, se emocionaba como si se despidiera de un fiel amigo al que llevaban, muy a su pesar, con la sentencia de muerte por delante.
Por esa época se había enamorado de mi madre, Juana Sosa Bolaños, nacida en 1917 en Galdar, hija de José Sosa Vega y Natividad Bolaños Mendoza. Se casan el 19 de Noviembre de 1934, ella con 17 y él con 20 años.
Mi padre fue excedente de cupo para hacer el servicio militar, pero a causa de la Guerra Civil, tuvo que incorporarse a filas pasando por el cuartel de la Isleta, y saliendo para Melilla a los pocos meses. Tuvo la gran suerte de no ir destinado para la Península. Cuando termina la guerra se encontraba en Ceuta y de allí parten para Canarias en un barco llamado El Castillo Montealegre. Estaba previsto que partiera con unos 3000 soldados, estos barcos, segun el peso de carga, quitaban o ponían lastre, y parece ser que no venia el numero de soldados que debían, que al salir al Atrántico, a causa de un gran viento, el barco empezo a bandearse de babor a estribor, y estuvieron a punto de morir ahogados.
Tengo el recuerdo en mi mente de estar en el muelle con mi abuelo viendo un mono en una jaula y ver un barco altísimo pintado de negro de donde salían numerosos soldados tocando guitarras y cantando de alegría, pero no me acuerdo de verlo a él, pues yo tenia solo 4 años. Terminó el servicio militar entre Galdar y el Goro en Telde.
Ya después, cuando mi padre estaba en el Puente de los Tres Ojos, trabajando en el almacén de D. Francisco Romero, sí me acuerdo de ir con José Martín, hijo de José Martín y Felisa, a llevarle el desayuno, y ver a mi padre comer sobre unos bidones que habían en la entrada.
Vienen los años de la Posguerra, no había nada de nada, ni comida, ni dinero... todo era de color oscuro. Nosotros, al menos, teníamos tierras, vacas, cabras y un caballo. Pero no llovía, era como una maldición biblica. Los pozos que habían no funcionaban, porque no habia gasoil, se empezo a construir el estadio de Barrial. Mi padre ganaba un sueldo y el caballo ganaba tanto como un hombre. El motivo era que la pedrera de donde se sacaban los cantos estaba en el Roque, y desde alli hasta el estadio habían unos railes por donde pasaban unos transportadores para llevar las piezas de cantería a la obra, de la cantera al estadio era cuesta abajo y lo llevaban los obreros, pero viceversa era cuesta arriba y entonces enganchaban al caballo y la burra de Santiago Sosa, el hermano de mi abuelo, y así, día a día, hombres y bestias, bestias y hombres, se construyó el Estadio de Barrial.
LA PEDRERA
Cuando esta obra terminó, empezó mi abuelo el estanque. Desde niño vi a mi padre trabajar como pedrero en ese estanque y veía pasar a todos los pedreros de aquella época durante los años 40 y algo de los 50. Vi a Esteban Kila (Alamo) y sus hijos, Isidro Perdomo y sus hijos, Pancho Padilla y sus hijos, Antonio Mederos, Juan López, Juan Alonso, Juan Diaz (el de las cuerdas), Quico Garcia ( Maitola) y su hermano Pedro, Domingo el camellero, el hermano de Isidro Perdomo y tantos que ya no me acuerdo porque yo era muy niño.
Pancho, mi padre, se levantaba a las 4 de la mañana y caminaba hasta la finca un kilometro, le echaba de comer a 3 vacas, 4 cabras y el caballo, ordeñaba, llegaba a micasa, desayunaba y estaba a las ocho para pegar en la pedrera. Pasaron por los hombros de mi padre porque los pedreros se negaban a subir aquella rampa tan pendiente. El si lo podía hacer porque estaba mejor alimentado, bebía mucha leche. Dos pedreros le echaban el canto en los hombros que estaban protejidos por un artilugio hecho de sacos, cubriendo la cabeza y los hombros. Y con paso lento pero seguro, transportaba el canto o el bloque desde el fondo de la pedrera, subiendo aquella empinada rampa hasta llegar al camion donde le esperaba el chofer o el sobrecargo. También el caballo era la única bestia que bajaba aquellos 12 metros de profundidad con unos cajones para sacar el material que produce el pico al lasquear la cantera, ese trabajo de sacar ese material y el picon volcánico era diario y llevarlo a la finca, pues el picón se echaba debajo de las vacas y se mezclaba con el estiercol. Y luego se le echaban a una fanegada de tierra. Mi padre cuando terminaba la jornada de la pedrera, con un martillo pedrero se sentaba en una banqueta y sobre una piedra viva, iba triturando piedra por piedra, todo lo que el caballo transortaba al dia, y así hasta cubrir una superficie de mas de 4000 metros cuadrados.
En uno de esos viajes venia un camión del Gando del ejercito de aviacion, y siempre con el chofer venia un sargento peninsular, y le dice a mi padre:
- Amigo Saavedra, es tanta la pena que me da el verlo subir por esa rampa tan pendiente con este peso de casi 80 kilos, que estoy pensando traer cuando vuelva, a tres muchachos fuertes y vera que alivio le voy a dar.
Efectivamente, en el siguiente viaje, trajo 3 soldados y cuando le echaron el bloque sobre los hombros a uno de ellos, dió un grito, mas que un grito, una blasfemia, lanzando el bloque al suelo, no fue capaz de dar un paso. Los otros dos ni lo intentaron.
Una anecdota respecto a esta época que me sucedió cuando trabajaba en la policía municipal, fue la siguiente:
Domingo el Tuerto, que trabajó de arriero con el caballo que teíamos para las faena de la finca y la pedrera, tenía por costumbre , los domingos en misa de las nueve, ir a darle el coñazo al cura que oficiaba la misa, en aquella época, Don Agustín Gil.
Don Agustín se lo comunica al sargento y éste me ordena que rondara por el frontis de la iglesia, para evitar que domingo se colara dentro de la misma. Dan las nueve, empieza la misa , y no aparece Domingo. Yo me paseaba por todo el frontis de un lado a otro, y cuando llego hasta la torre del reloj, al dar la vuelta, lo veo entrar en ola iglesia, corro y lo agarro por un brazo. Cuando iba por la mitad de la misma, lo saco y voy hacia la cárcel, y cuando se da cuenta que lo llevo a encerrar, se para y me dice:
- ¿Es posible, Pancho, que me vas a encerrar en la cárcel?, ¿No te acuerdas cuando yo trabajaba con el caballo sacando material de la pedrera a la finca y a tí y a tu hermano los traía dentro de los cajones desde la finca hasta la pedrera?.
Fue tanta la nostalgia y tristeza que me dio al recordar aquellos ratos tan felices que me abracé a él y le dije:
- Domingo, yo no pensaba encerrarte, porque no hay motivo, te traje a este sitio porque por este camino se va derecho a Barrial, y no vuelvas mas a molestar al señor cura.
Y nunca más apareció.
EL BICHO
Una de las pasiones de mi padre eran los animales, cabras,vacas, caballos, palomas, pajaros, gallos ingleses de pelea, pero para él el perro era el rey de los animales. Perros de la tierra y perros de presa. Llamamos perros de la tierra al perro autóctono .
Yo tuve la suerte de conocer muchos perros de nuestra Gran Canaria, en muchas de las casas de Galdar habían perros de esta clase. Por lo tanto el perro de presa no existía, pero a partir del siglo XIII, cuando vinieron los ingleses Elder-Miller, Blundly, FAE, fue cuando apareció el Bull-dog y el Bull-terrier, los cuales se cruzaron con los perros autoctonos y así surgió el Perro de Presa Canario. O sea que yo conocí perros de presa y perros autoctonos, que ya casi no existen, donde si se ha mantenido esta raza pura de perro es en Fuerteventura al que se le conoce ahora como Perro Majorero.
Pero si quiero contar que cuando mi hermano vivía y mi padre ya muerto, hicimos inventario de todos los perro que éste tuvo desde que vivió con mi madre y hasta su muerte y contamos 52 perros buenos, menos buenos y malos. Estos duraban poco con mi padre porque el queria que solo le fueran fieles a él, y de todos esos 52 perros solo tuvo uno que reunia las condiciones que a él le gustaban. Esta es la historia de ese perro EL BICHO:
Por los años 40, cuando la gente robaba para comer, había que tener un perro para guardar las cosechas, y mi padre en esa epoca tenía un perro presa negro con el pecho de color blanco que se llamaba Grey. Era un ejemplar de perro muy noble, mi padre se quedabag en el pajar con las puertas abiertas y el perro amarrado en la misma puerta, con el maiz tirado en la tierra para que el sol lo secara y suego desgranarlo. Y mi padre acostado sobre un trillo de cama. Y así una noche tras otra hasta que el millo estaba en condiciones de desgranarlo.
Una noche mi padre dormía muy profundamente, cuando nota una respiracion a su lado, toca y siente a su lado un cuerpo, rapidamente enciende una vela y ve a Juan Sosa, el hermano de mi abuelo, que vivía en la montaña y había bebido mas de la cuenta y en vez de irse a su casa, se fue a la finca de su hermano donde tenia las cabras, y sabia que mi padre estaba en el pajar guardando el maiz. Y le pregunta mi padre:
- Juan ¿Por donde entró?
-Pues por la puerta..- le contestó él.
- ¿Y el perro no le ladró?- y su tío le responde.
- Yo tropecé con algo, pero no sabía que era el perro.
Desde aque momento se pone en contacto con Juan Tacoronte (el Calero) para buscar un perro malo, pero muy malo. Y Juan Tacoronte le dice que donde tienen un perro malo es en la Montaña, en la casa de Francisco Monzón. Ese perro lo habian traido del Cortijo de Pavón, cachorrito de dos meses de color bardino, lo llevaron como encargo a Guía , a la casa del Pollo Reina, a los tres meses de edad mordió a un hijo del Pollo Reina y lo tuvieron que quitar pues era un peligro, porque se le tiraba a los niños, se lo dieron a Isidro el Corujo que vivia en la Aldea de San Nicolás, y mordió a Isidro Corujo también, cuando tenía un año de edad, y este se lo dió a Francisco Monzón que se lo llevo a la Montaña.
Francisco lo amarro a un árbol que tenía en el patio, y le quitó un bozal que tenía hecho de alambre, y casi le come las manos al quitarselo, gracias a que se retiró rapido de él. Para darle de comer le tiraba la comida de lejos, y estaba deseando que se lo llevaran.
Entonces apareció mi padre y le pregunta:
-Francisco ¿Quieres cambiar tu perro por el mío?
- Y ¿Quien lo suelta Panchito?- le respondió el .
- Eso esta hecho! dame el bozal y retirate de aquí.
Al momento salió mi padre con el perro con el bozal puesto y amarrado con la cadena, llega a mi casa y cuando mi madre vió entrar aquel perro chico y flaco con una cara de demonio se encerro llorando en su habitación. Subió mi padre con el perro a la azotea donde tenía el amarradero, lo deja suelto y pone la cadena sobre el pasamanos de la escalera, le quita el bozal y le va echando trozos de carne, que iba devorando, porque estaba hambriento. Y cuando ya tenía el estómago lleno se quedó mirando para mi padre como diciendo " y éste ¿ Quién es?". Pero mi padre, conocedor de esta raza ya estaba preparado con la cadena doblada , el perro se le abalanzó al pecho y mi padre lo agarro entre el cuello y la oreja, lo pone en el suelo y sin soltarle le golpea tres veces en el lomo y lo lanza contra el suelo diciendole:
-¡ Soy tu amo!.
Y verdaderamente, asi fue, hasta su muerte fue un perro fiel, paso por todas las pruevas que se le pueden hacer a un perro . Todas las pruebas se le hacían con el bozal puesto, en la finca de mi abuelo había una higuera muy grande, se amarraba en el tronco de esta y no había quien tocara un higo.
El primer catador de perros que tuvo el Bicho fue Juan Bolaños ( el del macho). Este se dedicaba a preparar los gallos de pelea y mi padre era de su bando, y los domingo ibamos para ver los entrenamientos de los gallos y la primera vez que mi padre aparecio con el perro, Juan Bolaños miraba al perro y el perro le miraba a él. Y cuando termina de entrenar los gallos le dice a mi padre:
- Ese perrillo tiene cara de malo, y me gustaria echar una pelea con él, pero quiesiera qu me lo mantengas para yo poder cogerle el rabo y el collar.
Mi padre se lo agarra y Bolaños lo coge como había dicho,lo levanta del suelo y comienza a darle vueltas en redondo, normalmente a cualquier perro que se le haga esta prueba se caga y se mea, y cuando se le pone en el suelo sale huyendo.
Cuando Bolaños se da cuenta que el perro no se descompone lo suelta en el suelo. Bicho estuvo un momento tomando aire pues todo el tiempo que estuvo colgado no podia respirar, cuando lleno los pulmones, no le dio tiempo a mi padre de cogerlo, se avalanzo sobre Bolaños, lo lanzó al suelo destrozándole el camison con el bozal puesto.
Juan Bolaños se dedicaba a llevarle el macho a las cabras e iba a la zona donde mi padre tenía las suyas, y elstando el perro guardando los hijos, le dijo un dia a mi padre:
- Una tarde me voy a pegar una harta de higos, y el perro echado a un lado , como un gran amigo.
Y así fue, una tarde llegó Juan Bolaños dispuesto a comer higos con la conformidad del perro, traia un trapo de tela, que había pasado por los organos sexuales de una perra en celo. Esta prueba se le hace a cualquier perro y se queda en la luna. Pero el Bicho sabía que su cometido era que nadie cogiera un higo, y lo demas sobraba. Y prueba pasada.
Otra prueba , que parece increíble. Estando haciendo el acto sexual, ya en su plenitud, decirle mi padre al Bicho:
- ¡ Muerdela!.
Y el perro , a la voz de mi padre , morderla en el lomo como si estuviera en plena pelea y no en el apareamiento.
Un dia llegó a la finca un grupo de gente y entre ellos un señor muy bien vestido, traje negro, sombrero negro, camisón blanco y corbata negra, yo creo que tenía luto. Y le dice a mi padre:
-Caballero, la fama de su perro ha llegado a mi, toda prueba que le han echo las ha pasado. Yo le voy a decir que si su perro hace lo que le diga yo le doy el dinero que usted me pida.
Y mi padre le dice:
- ¿Y esa prueba la ha hecho algun otro perro?- y el le contesta:
- Que yo sepa no.
- Pues me gustaría saber que prueba es, pues hasta este momento , todas las pruebas que se le han impuesto las ha pasado.
La prueba era la siguiente:
Un señor de los que venían se quitó la chaqueta y se puso a una distancia de 150m.
- Ahora usted trae a su perro , nosotros nos quitamos de aquí, cuando llegue con su perro lo manda hacia la persona que esta a 150 m y su su perro llega hasta ella, lo que hemos dicho, le doy lo que usted me pida.- y dice mi padre.
- Yo traigo a mi perro, lo mando hacia esa persona, aunque no se si irá o no, pero si mi perro pasa la prueba no lo vendo, pues lo quiero tanto como a un hijo.
Trajo al perro, lo apuntó hacia donde estaba aquel buen señor, a la distancia de 150m., y le dijo mi padre "Bicho, a por él". El perro salió como un tiro, y se oía a la gente decir, " y llega, y llega, y llegó". Cuando el perro llego donde estaba la personam empezño a darle vueltas y vueltas y el pobre hombre movió un prazo y el perro se avalanzó sobre él, derribandolo. Y cuando mi padre llegó, no tenia camison, se lo había hecho tiras. Y aquel buen hombre se fue a su pueblo en chaqueta, pero sin camisón. Yo tenía pocos años, y fue en los años 40, pero oía decir que eran de Telde. Aquel señor muy elegante se fue con su dinero pero el Bicho se quedo en mi casa.
Pepito el sacristan, Jose Suarez Davila, era de Juncalillo, era sacristan mayor de la iglesia de Galdar y a la vez era zapatero. Le hacia los bozales de correa de maquina, era un material muy duro y completamente sellado. Era muy seguro para que el perro no mordiera. Un dia le comenta a mi padre que en Juncalillo habia un perro de la tierra, como lo era Bicho, pero a su vez era un campeon en la cumbre y el sur de la isla. El perro era de Don Ricardo y era tanta la fama que tenia que aquel perro, segun Pepito el Sacristan, que Bicho no tenia nada que hacer con el.
Una tarde de verano, estaba mi padre y el hermano de mi abuelo, Juan Sosa, regando la alfalfa. Mi hermano y yo, que estabamos correteando en la tierra arada, vimos un gentio,... como si fuera un entierro...y que era? Pues Don Ricardo con su perro. Gente del Caidero, Juncalillo, Barranco Hondo, los marchantes, el kikere, Anduriña, Carrillo, Don Jose Molina Suarez "El maestro", mi tio Victor y muchos mas, yo calculo unas cien personas. Venian a lo que venian, a pelear los perros. Pero cual no fue la sorpresa de la gente, cuando mi padre les dice que su perro no lo tenia para pelear, sino para guardar su finca, y a eso doy credito yo porque lo oi. Pero entre ellos hablaron, se pusieron de acuerdo y pecharon los perros.
Anduriña estaba en el centro del terrero, manteniendo el perro de Don Ricardo, cuando aparece mi padre con el Bicho y faltaban 6 o 7 metros para tocarse los perros, mi padre suelta al Bicho que arrolla al perro de Don Ricardo, de tal forma que aquel perro salio huyendo, completamente acobardado, metiendose en medio de las gentes. Y cual fue el asombro que al observar las heridas que le habia hecho el Bicho. Le saco dos tiras de piel en forma de triangulo, que iban: una del cuello a la oreja y la otra desde el pecho a la pata delantera izquierda.
Su fama se extendio por toda la isla, de tal forma, que trajeron perras de todos los pueblos, e incluso, dos perras de Tenerife, al menos eso le llegue a oir a mi padre.
EL BICHO Y VICENTE EL DE CHO DAMIAN.
Se sabe que en la prehistoria, cuando se descubrio el fuego, los primitivos, en las entradas de sus cuevas, lo encendian para librarse de las fieras. Pues aqui ocurre lo contrario. Mi padre esta dentro de la choza, el perro amarrado de la puerta, o sea, la fiera guardando al amo, y de noche pasaba por nuestra finca Vicente Vega, conocido como Vicente el de Cho Damian, hombre de casi dos metros de altura, un castañero de hombre y luchador en su juventud. Este se dirijia al mar a coger pulpos y para ello llevaba un mechon. El mechon estaba hecho de laton, de unos ochenta centimetros de largo y con forma conica , tapado por la parte mas estrecha para que no se saliera el petroleo o el gasoil, y por la boca que se quedaba abierta se le metia sacos que al empaparse con el combustible , ardia y alumbraba para poder ir a coger los pulpos. Para transportarlos tenian un asa... eran las linternas de mi niñez.
Pues bien, la historia de ese mechon ardiendo, de ese Vicente el de Cho Damian, es la siguiente:
La choza donde mi padre se quedaba esaba hecha de manojos de cañas que teniamos para los tomateros. Se colocaban de forma circular, parecian las chozas de los indios americanos. Dentro de la choza guardaba el espacio para un trillo que hacia de cama y la mesa de noche era una caja de tomates. La cortina que cerraba la puerta era de sacos de guano y a un lado de la puerta el amarradero de la fiera: el Bicho.
Ese perro estaba amarrado con toda la seguridad del mundo, con un quintal catalan de 46 kg de peso, y con un agarre que estaba soldado al mismo pues mi padre le hizo un mallado de alambres para darle aun mas seguridad. Sobre el collar, hecho de correa de maquina, llevaba una cuerda haciendo de doble collar, dos cadenas con dobles artilleros, luego hacia un hoyo , enterraba el quintal y luego le ponia encima un bloque de las pedreras que pesaba sobre los noventa kilos. Esta era la seguridad que tenia el Bicho en su amarre y a tranquilidad de mi padre de que el perro no se podia soltar.
Vicente le decia a mi padre :"Yo tengo que entrar en la choza, porque con toda seguridad, el perro logicamente, tiene que huir del fuego". Y asi empezaba el combate:Vicente con el mechon se dirigia hacia el Bicho, y el Bicho sin ceder un solo centimetro, peleando con el mechon hasta que lo apagaba totalmente. Jugandose la vida pero evitando que nadie molestara a su amo. Y Vicente dandose por vencido, pues no habia manera de acobardar a aquel animal.
Era un perro de 35kg de peso, color bardino y con el rabo completamente enroscado. Cuando caminaba parecia que no ponia las patas en el suelo, era puro nervio. Tuvo gran descendencia, conoci muchos hijos de este perro. Uno de los que mas recuerdo era el Tigre, de Roquito Garcia Ramirez, hombre del que tanto me hablo mi padre, hombre serio, honrado y noble, todo un caballero. El Tigre era un presa de lo que no se ve hoy, era del color del tigre, bardino rojizo, fondo rojizo y listado negro. Tenia la nobleza del presa pero la mala leche del perro de la tierra. Tuvo un mal fin, lo mataron de una puñalada en el corazon.
El Bicho murio envenenado en 1946, Manuel Godoy, gran amigo de mi padre, tenia un hijo del Bicho llamado Palmero. Y este viendo que a mi padre le habian envenenado a aquel maravilloso perro, se lo regala, pero le duro poco, pues al poco tiempo de tenerlo se fue quedando cojo de las patas hasta que se quedo inmovilizado y muere. Diagnostico de Don Antonio Rossas, el veterinario: "al padre lo reventaron, pero al hijo, el Palmero, fue lentamente". En esa epoca todos los perros hijos del Bicho fueron muriendo hasta exterminarlos, historia negra de nuestro pueblo. Pero al paso de los años supimos quienes fueron los autores. Estaba claro que donde habia un fiel guardian que los molestara, habia que eliminarlos y asi la noche era toda de ellos. Pero como dice ese Son Huasteco: "alla en el cielo el juez supremo los juzgara" por nosotros estan perdonados.
Por el año 1947 ya no quedaban perros de esa raza, despues mi padre tuvo muchos perros hasta el año 1960: Guanche, Tobi, el Canario, Tigre, Sultan, Turco, Yoni, Moro y Neron, que fue el ultimo. Ya mi padre no quiso mas perros por la poca nobleza de algunas personas. Tanto el Moro como Neron, han salido en revistas publicadas en Peninsula, hablando sobre el presa canario.
EL NERON
El Neron fue el unico perro que tuvo mi padre que se preparo para pelear. Se lo trajo un amigo de mi padre, Juan Calcines, del Barranco de los Guanartemes, de la Finca de los Betancores. Era un perro de dos años y sin disciplina alguna, cosa que mi padre ignoraba. Eso si, llego con el bozal puesto.
Sale mi padre con su perro, el primer dia, y cuando llegaba a la finca, venia montado en su burro un vecino nuestro llamado Pancho Martin, y cuando el perro ve al burro, se va como un tiro hacia el. El burro rebuznando y dando patadas, y el perro se metia debajo de este y lo levantaba y lo votaba al suelo, hasta que mi padre pudo cogerlo por el collar y mantenerlo. El burro salio corriendo hacia su cuadra y Panchito Martin que se habia subido a un muro, era muerto de risa porque nunca habia visto a n perro peleando con un burro y levantarlo y tirarlo al suelo. Claro, el pobre burro al verse zarandeado cogio rumbo a su cuadra, y desde aquel momento mi padre se dio cuenta de que aquel animal debia llevarlo atado y con bozal porque no sabia lo que queria decir "quieto". El Bicho, que para mi es lo mas malo que yo he visto, cuando se lanzaba a una persona o animal, al oir "quieto" , rapidamente volvia a los pies de mi padre.
Este Neron no se le tiraba a las personas, como guardian no era efectivo, pero todo lo que se moviera lo aplastaba, desde un cigarron, pollos, gallinas, pajaros, cabras, becerros, gatos y se me dio un caso, cuando salia a correr por esos llanos de Sardina, montado a caballo, llevandolo con bozal y atado a una coyunda ( cuerda de cañamo con que se amarran los frontiles al yugo de los bueyes) que era muy larga. En ese momento vi a un cernicalo planeando en el cielo. El Neron se paro, lo miro fijamente y me saco del caballo tirandome al suelo. Yo lo llevaba a entrenar sin montura, iba montado a pelo. Tambien me llego a tirar del caballo al ver un gato cruzar de un lado a otro de la calzada, y salir corriendo en direccion contraria a la que ibamos para coger al gato. Tenia que estar muy atento a sus reacciones.
Estaba muy bien preparado cuando empezaron las peleas. El perro del Coronel no le duro nada, tanto asi como el Marruecos y tantos otros de los que ya no me acuerdo. Pero la ultima pelea fue con el Faty de Rosendo, de Sta. Maria de Guia.
EL NERON Y EL FATY
En los Arbejales de Teror habia un hermano de Neron. Era todo lo contrario a este, un perro muy noble y educado. Tanto que su amo lo queria como a un hijo. Era tan noble que llevaba a su hijo al colegio y lo traia a casa, iba a hacer la compra a la tienda..., un perro maravilloso, su dueño estaba muy contento.
Una tarde se presentaron en los Arbejales Rosendo con su perro y un grupo de amigos de Sta. Maria de Guia, para echar una pechada, un poco de tiempo en la pelea, pero el dueño del perro de Teror dijo que su perro nunca lo habia peleado, porque el no lo queria para esos menesteres, pero tanto le animaron que lo pecharon. Y cual fue la sorpresa que el perro de Teror que domino totalmente al perro de Rosendo de tal forma que en tan poco tiempo lo tuvo siempre en el suelo. Asi quedo este pequeño encuentro.
En los Arbejales de Teror se celebran las fiestas de San Isidro. Y miren por donde, aparece el grupito de siempre en este pueblo, un mes antes de las fiestas, desafiando publicamente, el perro de Rosendo contra el perro de Teror, de tal forma que era un numero mas en las fiestas de dicho pueblo. Y asi se anuncio, se sabia en toda la isla. Yo no vi esa pelea , estaba en el cuartel, fue en los años 57 , 58, pero fueron mi hermano, mi padre y mi abuelo. En Galdar se alquilo una guagua de Roman que salio hasta los topes de gente, sin contar los coches particulares. Aquello era un gran espectaculo, pues eran perros de entre 70 y 90 kg. El Neron bien entrenado pesaba 72 kg., era huesos y musculos. Pero que sorpresa, soltaron a los perros y cuando el perro de Teror tranca a su presa, tardo mas en cogerla que en soltarla y salio huyendo entre la gente aullando despavorido, como si le hubieran metido una descarga electrica en el cuerpo. La pelea no duro medio minuto, fue un desconcierto, la gente no salia del asombro y menos los del barrio de los Arbejales que dos meses atras vieron como el perro de Teror domino al Faty de Rosendo con toda superioridad.
En este documento PDF se puede ver una foto de ese encuentro en la pagina 75 ademas de una entrevista a mi padre y una foto de el con Neron .www.iremacurto.com/presacanario/spanish/libro/libro.pdf
Este relato me lo conto mi padre, pero esto que voy a contar lo vivi yo, eran los años 59/60 cuando me hice cargo de entrenar a Neron, pues mi hermano fue a hacer el servicio militar a Malaga y Tetuan, fue el año en que España entrega Tetuan a Marruecos. El caso de Teror casi se habia olvidado, cuando una tarde, asi sin avisar, se presento el grupito de Guia, capitaneados por Sendo y su perro, para echar una pimpollada, una cosa breve. Mi padre, como el perro no lo queria para otra cosa... pues a pecharlos. A mi padre le gustaba soltar al perro desde unos 5 o 6 metros para que el perro diera el topetazo con el impulso de la carrera y arrollara al otro perro, pero al levantarse el Faty, que era mas alto que el Neron, cae de espalda y al caer le tranca una presa en la pata cerca del pecho y sacando el trasero lo voltea hacia adelante y alli termino la pelea. El Faty con el rabo entre las patas, seal de cobardia, y aullando a mas no poder, no duro en la pelea ni un minuto.
Bueno, esta es la primera parte, pasa un tiempo, ya el Faty preparado para la pelea, acuerdan para celebrar en el Estadio de Barrial una gran pelea con varios perros, y como escalofon de la misma el encuentro entre los pesos pesados: el Faty y el Neron. La grada de la sombra estaba completamente llena, se lavaron los perros, el Faty lo lavo Joaquin Delgado "Juaquiles" y al Neron Pepito Ojeda "el de la cuarta". Se llevaron los perros al centro del estadio, y cuando los perros se topan, el Neron coge una presa de cuello y segun la coge... la suelta, y al momento empieza a babearse, pero una cantidad de babas impresionante. Me acuerdo que el tiempo estaba de suroeste y las babas parecian hilo de seda que salian de la boca. Ya no cogio mas presa, el Faty mantenia al Neron, pero su bravura sin ganas de pelear, y el Neron quieto,frente a frente. Se hizo la pelea completamente estatica, y asi termino. Pero antes de que terminara un grupo de personas se acerco a mi, entre ellas Vicente el de Cho Damian, que se paro delante de mi y me dijo: "Panchillo nos vamos, porque si no aqui van a hablar los cuchillos". Pero yo estaba tan nervioso que no entendi lo que me querian decir. Cuando llegamos a la finca, mi padre, Amable Rodriguez "el pistolera" y yo mi padre le dijo a Amable que iba a sacrificar al perro, que para que lo queria si no podia tenerlo suelto y parecia que tenia dificultad en la boca porque no manenia las presas. Amable se enfado, y me parece que lo estoy oyendo: "Concho" dijo con aquella voz tronera heredada de su padre Rafael Rodriguez "Que tiene que ver que el perro hoy no tenga ganas de pelear para que lo sacrifiques?" y dije yo "Papa, ahora mismo vamos a salir de dudas, si el perro mantiene o no mantiene las presas." Cogi la camara de goma de ruedas de camion, con la que entrenaba para darle fuerza en las mandibulas y le dije a Amable que mirara el reloj para saber que tiempo mantenia Neron las presas. Y cual no fue nuestra sorpresa que aquel animal, aun con el fuego que podia tener en su boca y con un ojo cerrado de la hinchazon, mantuvo la resa sin soltar ni un momento lacamara y con una bravura como si estuviera en pelea nada mas y nada menos que 20 minutos.
Visto aquello, nos fuimos al pajar despues de una tarde de nervios y nos sentamos a dialogar y sacar conclusiones, mi padre, Amable y yo. Y dije yo: "vamos a hacer un repaso de lo que paso en Teror y lo que acaba de pasaar esta tarde". Y nuestra conclusion fue la siguiente: el grupo de Guia, estaba actuando con poca nobleza, pero Que podia ser lo que le ponian al Faty que despues de lavarlo, y bien lavado, hiciera el gran efecto que hacia? Se consulto al farmaceutico D. Sebastian Rodriguez Hernandez, el de la farmacia de la Plaza, y nos dice que habia un preparado con mercurio y varias cosas mas, que undtado en la iel del perro nueve dias antes de la pelea, cuando se lavaba hacia un efecto terrilble, y tan terrible que el perro de Teror por tener mas conocimiento que el Neron salio despavorido , mientras Neron por ser tan bruto no le perdio la cara al Faty y resistio hasta dejar la pelea en tablas.
Uno de los señores de Guia, concretamente Pepe el Reina, dijo: "si algun dia crio un perro de presa, sera del Neron de Pancho Saavedra". Esas palabras se las dijo este a un señor en el mismo momento en que estaban los perros en el centro del estadio.
Pasan los años, y un dia, despues de un entierro mi abuelo y varios amigos, como de costumbre en los entierros, se fueron a tomar unas copas, y cuando estaban subiditos de tono, uno de ellos conocido como el Chirril, le comenta a mi abuelo que fue el mismo quien le dio la formula a Rosendo, explicandole que con esta formulano habia perro que le ganaa, que la habia traido de Cuba. Y asi se confirmo que estaban jugando mal los de Guia.
El Neron nunca perdio una pelea, solo esta que quedo en tablas. Mi padre se lo dio a quien lo trajo, Juanito Calcines, y el se lo dio a un amigo del Sur. Lo peleo con un perro que era el campeon del Sur y gano Neron, y luego lo sacrificaron, nacio para pelear, fue un PERRO GLADIADOR.
SULTAN
El ultimo perro de presa canario que tuvo mi padre fue Sultan, hermoso perro color bayo, pecho blanco, bemba negra y muy noble. Un dia aparecio Pepe Ojeda, Joaquiles y Don Fernando, amigo de Juan Bolaños, este Don Fernando se habia recorrido las islas buscando un perro de Presa Canario, y cuando vio al Sultan, se volvio loco. Hasta que un dia Pepe Ojeda se lo levanto a mi padre y se lo regalo a Don Fernando. Este hombre despues fue destinado a Pamplona y se lo llevo alli. Cuando lo destinaron de nuevo a Canarias llamo a mi padre y le pregunto si no le importaba que se lo regalara a un vecino que era veterinario y estaba locamente enamorado del perro, por la estampa y la nobleza de aquel animal. Y en Pamplona quedo el ultimo perro de mi padre.
Mi padre murio el dia 2 de Mayo de 1991. Entrego su alma al creador a los 77 años.